10 razones por las que mi bebé no quiere comer
Descubre por qué tu bebé no quiere comer y aprende cómo incentivar su apetito con estos consejos.
Descubre por qué tu bebé no quiere comer y aprende cómo incentivar su apetito con estos consejos.
Los padres siempre buscan el bienestar de sus hijos y en el proceso de crianza enfrentan muchas situaciones que ponen a prueba la paciencia, generan angustia e intranquilidad. Una de ellas es: la hora de comer.
Es común que se tengan ciertas expectativas en la alimentación de los niños: los padres esperan que tengan sus mismos gustos, que coman adecuadamente, y es ahí donde aparece la frustración, lo que puede empeorar la situación.
En este artículo queremos contarte cuáles son las razones principales por las que los niños no quieren comer, qué hacer en esas situaciones y algunos consejos para incentivar el apetito.
10 razones por las que mi hijo no quiere comer
- Cambios alimenticios no adecuados: dar a los niños mucha comida alta en azúcares y grasas es poco adecuado para su salud, no aporta suficiente variedad de nutrimentos y puede causar que más adelante se opongan a la ingesta de verduras, por ejemplo.
- Monotonía en su dieta: la falta de color, así como poca variedad en las texturas y sabores, causará que el niño se canse de la comida y la rechace.
- Sobreprotección o complacencia: ser rigurosos en extremo con los horarios de comida, porciones y tipos de alimentos será desgastante para el niño. Asimismo, la permisividad desdibujará los límites impuestos por los padres, dando paso a caprichos, pataletas y manipulación.
- Nuevos hábitos: la llegada de un hermanito, el inicio de la escuela, cambio de cuidadores, mudanzas, reinicio laboral de alguno de los padres, su ausencia parcial o permanente, pueden ser factores desencadenantes. Por ejemplo, a partir del primer año de vida, el crecimiento se desacelera por lo que es muy normal que inicie su etapa de ¨picky eaters¨ o niños melindrosos, lo cual es muy común.
- Uso de elementos electrónicos: el exceso de entretenimiento puede afectarlos de dos maneras, principalmente. En la primera, genera distracción y el pequeño puede preferir ese momento de diversión sobre la comida; en la segunda, el niño exige la pantalla para comer.
- El club del plato limpio: exigir a los niños comer más allá de sus gustos y necesidades puede desencadenar problemas alimentarios.
- Malestares de salud: las gripes o cualquier tipo de afección pueden disminuir su apetito.
- Bullying: las burlas o situaciones difíciles en la escuela pueden causar muchos problemas; los niños suelen ocultar estos eventos por miedo o vergüenza, por eso, los padres deben estar muy presentes.
- Modelos: la mayoría de las cosas que los niños aprenden se dan por imitación, así que ver que sus padres o hermanos no están en la mesa o tienen otras actividades a la hora de la cena harán que le reste importancia a ese momento.
- Atención: hay que ponerles especial interés a los pequeños en todas sus actividades, pero la hora de comer es fundamental porque buscamos que el niño se nutra adecuadamente, que aprenda a ser consciente de los alimentos que consume, y porque es un momento especial para compartir en familia.
Consejos para incentivar el apetito de los bebés
Hacer de la comida un momento agradable, sin prisas y lleno de felicidad es vital para generar interés en el pequeño; por eso, tener en cuenta sus gustos, entender que está satisfecho, y velar porque se alimente de forma balanceada, siempre será importante.
No siempre está mal que el niño no quiera comer. Los padres deben entender que hay momentos para todo, sin embargo, si es una situación recurrente, lo más recomendable es asistir a tu pediatra.
- No desistas si no le gusta un alimento, tampoco lo fuerces, permítele darles segundas oportunidades a ciertas comidas. Recuerda que se determina que un alimento no le gusta hasta después de 13 veces de dárselo a probar.
- Respeta y entiende las decisiones del niño, dale su espacio y la capacidad de determinar sus acciones.
- Establece un horario y espacios para la comida, pero siempre con flexibilidad (los límites deben ser firmes, pero ningún extremo es bueno).
- Compartir en la mesa con la familia.
- Hacer platillos llamativos, estimulando sus capacidades cognitivas, lo que le ayudará también a ver el momento de comer como un espacio de diversión y aprendizaje.
- No forzar, ni engañar, ni chantajear. Entretener al niño fingiendo un juego para obligarlo, o darle una recompensa por comer, son prácticas poco saludables.
- Leches de crecimiento o especialmente creadas para cada etapa del desarrollo del pequeño serán un muy buen aliado porque al estar fortificadas con vitaminas y minerales, así como otros compuestos como probióticos y DHA, ayudan a asegurar muchos de los nutrimentos claves en la dieta del pequeño. Por ejemplo, puedes encontrarlas en NIDO Kinder, NAN 3, GoodCare para pequeños mayores de 1 año.
Problemas de alimentación en bebés
¿Sabías que aun cuando tu bebé solo tome leche materna puede presentar diversos problemas debido a un estómago sensible? A continuación, te decimos cuáles son los problemas de alimentación más comunes durante los primeros meses de vida.
Cólico
¡Es más común de lo que crees! El 30% de los bebés lo padecen, aparece entre la semana 2 y 4, durando hasta el cuarto o quinto mes. Son bebés que llorar aparentemente sin motivo alguno y es difícil consolarlos.
Malestar estomacal y gases
Ambos van de la mano, ya que la inflamación del intestino, debido a la acumulación de gases, provoca que tu pequeño se sienta incómodo y con dolor. Los gases pueden ocurrir por una mala postura a la hora de amamantar y que tu bebé esté tragando aire mientras se alimenta; así que procura corregir tu postura y estar pendiente de sus síntomas.
Reflujo
Si tu bebé repite un poco de leche después de sus tomas, pero no muestra ningún otro signo o síntoma que te indique algún otro malestar, puedes estar tranquila. La mayoría de los bebés hace esto debido a diferentes factores, como: comer rápido, ingerir aire a la hora de comer, o por inmadurez digestiva. Tranquila, se le pasará alrededor de los seis meses.
Vómito
Es importante que sepas diferenciarlo de aquellas veces que tu bebé repite un poco de leche. La diferencia más notoria es que en el vómito la cantidad de leche es más y aparte suele representar un esfuerzo en el estómago de tu bebé; el reflujo no. Existen muchas razones por las cuales tu bebé puede vomitar, desde una alergia hasta Enfermedad del Reflujo Gastroesofágico (ERGE).
Diarrea
En los primeros meses es normal que sus deposiciones cambien con el tiempo, así que es importante que pongas atención cada vez que haga del baño para que puedas identificar cuando algo no está bien. Una característica común de la diarrea es que hacen del baño más veces de lo normal y que las deposiciones tienen un olor extraño y diferente.
Estreñimiento
Durante los primeros meses, los bebés suelen tener muchas deposiciones y conforme van creciendo, estas irán disminuyendo; sin embargo, esto no significa que esté estreñido. Para decir que tu bebé tiene estreñimiento debe haber dolor a la hora de hacer del baño y sus deposiciones deben ser duras y secas.
Muchas de estas manifestaciones son hasta cierto punto normales en todos los bebés; sin embargo, es importante que siempre estés pendiente de todos los signos y síntomas para poder descartar alguna enfermedad y/o condición.
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