Líquido amniótico: ¿Qué es y cuál su función?

¿Te has preguntado, por qué es tan importante el líquido amniótico para tu bebé durante el embarazo? Aquí te contamos qué es y sus funciones.

Durante el embarazo, el líquido amniótico cumple un papel esencial en el desarrollo y la protección del feto en el útero. Desempeña diversas funciones vitales para garantizar un entorno seguro y saludable. En este artículo, te contaremos qué es, sus beneficios, por qué es tan importante para tu bebé y cuándo es necesario acudir al médico ante cualquier complicación.

¿Qué es el líquido amniótico?

El líquido amniótico es un fluido que se encuentra dentro del saco amniótico, que es una membrana extraembrionaria que rodea y protege al feto en el útero durante su etapa gestacional. Se compone principalmente de proteínas, carbohidratos, lípidos y fosfolípidos, urea y electrolitos que se desprenden a medida que el bebé se desarrolla.

En cuanto a su aspecto, es acuoso de color claro y algo amarillento, además, por ser transparente e inodoro se diferencia perfectamente de la orina o el flujo vaginal. Es producido por la madre hasta las 17 semanas de embarazo y la cantidad de líquido amniótico aumenta progresivamente, alcanzando su punto máximo en el tercer trimestre de gestación al mezclarse con la orina fetal sin causar daño.

¿Cuál es la función del líquido amniótico?

Es indispensable que el líquido amniótico se mantenga en la cantidad adecuada para que cumpla cada una de sus funciones que nombraremos a continuación:

• Amortigua y protege al feto, el líquido amniótico actúa como una especie de colchón, cubriendo cualquier impacto o presión externa. Esto ayuda a cuidar al bebé de lesiones y permite un desarrollo adecuado de los órganos.
• Mantiene una temperatura constante en el útero, condiciona un ambiente cálido y estable para el feto, evitando pérdida de calor en algún momento.
• Ayuda a desarrollar los pulmones del feto, a medida que el feto se traga el líquido amniótico, ellos se llenan y se expanden. Este proceso es esencial para la maduración pulmonar adecuada y la preparación del bebé para respirar después del nacimiento.
• Ayuda al desarrollo muscular proporcionando una especie de "espacio de entrenamiento" para el feto, permitiendo que se mueva libremente y desarrolle la fuerza en sus extremidades.
• Proporciona nutrientes para el buen desarrollo del feto en el interior del saco amniótico.
• Protege al bebé de posibles infecciones externas.

Problemas con el líquido amniótico

En ocasiones, pueden surgir problemas relacionados con el líquido amniótico durante el embarazo, afectando tanto la cantidad como la calidad y pueden requerir atención médica. Los más comunes son:

• Oligoamnios: se refiere a una disminución anormal de la cantidad de líquido amniótico. Puede estar asociado con la ruptura prematura de membranas, problemas con la placenta o complicaciones con el desarrollo del feto, impidiendo el total movimiento fetal y la maduración pulmonar.
• Polihidramnios: se caracteriza por un aumento excesivo de la cantidad de líquido amniótico. Puede estar relacionado con condiciones como la diabetes gestacional, defectos congénitos del feto o problemas con la placenta, aumentando el riesgo de parto prematuro e inconvenientes respiratorios para el bebé.
• Meconio en el líquido amniótico: es una sustancia pegajosa y verdosa que se encuentra en los intestinos del feto y que se elimina como la primera deposición después del nacimiento. En ocasiones, se libera en el líquido amniótico antes del parto. Esto puede indicar que el bebé está bajo estrés y requiere una atención especial durante el alumbramiento para prevenir complicaciones respiratorias.

Pérdida de líquido amniótico antes del parto

Puede suceder que, durante el tercer trimestre del embarazo sientas un flujo inusual en ti. Es posible que se dé por una pequeña fisura en el saco amniótico, produciendo la pérdida del líquido. Algunas mujeres embarazadas lo pueden confundir con un parto prematuro y llegan a alterarse demasiado.

Uno de los síntomas más comunes es notar la ropa interior mojada con un líquido acuoso que fluye lento y constante. Si esto sucede debes acudir al médico inmediatamente para valorar de manera adecuada los niveles del líquido amniótico y si es necesario, inducir el parto para seguridad del bebé y de la madre.

Embolia del líquido amniótico

No es un problema común y, por lo general, ocurre al finalizar el tiempo de gestación o en un aborto durante el primer o segundo trimestre. La embolia sucede cuando parte del líquido amniótico penetra el torrente sanguíneo de la madre, afectando el corazón y los pulmones causando un sangrado.

Algunos factores de riesgo pueden ser: embarazo en mujeres mayores, por parto inducido o por cesárea, desprendimiento de la placenta, que la madre haya sufrido un desgarro en el cuello uterino o el exceso de líquido amniótico alrededor del feto.

Los síntomas se presentan durante el parto o poco después, algunos son:

• Frecuencia cardíaca precipitada.
• Ritmo cardíaco irregular
• Presión arterial baja
• Dificultad para respirar

Signos de alarma para acudir al médico

Si experimenta cambios en la cantidad o calidad del líquido amniótico durante el embarazo, es importante acudir a su médico para una evaluación adecuada. Algunos signos de alerta son:

• Disminución en los movimientos fetales.
• Dolor abdominal intenso o cólicos.
• Escape de flujo vaginal inusual.
• Hinchazón súbita o cambios en el tamaño del abdomen.

Una vez el médico realice la valoración por medio de ultrasonidos u otras pruebas para evaluar el líquido amniótico, te pueden recomendar diferentes enfoques de tratamiento tales como:

• Reposo en cama o reducción de la actividad física.
• Suplementos de líquido por vía intravenosa.
• Medicamentos para estimular la producción de líquido amniótico.
• Inducción del parto si el problema representa un riesgo significativo para la madre o el bebé.

El líquido amniótico es un componente vital del embarazo que realiza varias funciones esenciales para el desarrollo y la protección del feto. Sin embargo, pueden surgir problemas que requieran atención médica. Es importante estar atento a los signos de alarma para garantizar la salud y seguridad tanto de la madre como del bebé.

Recuerda que una alimentación y suplementación adecuada es clave en esta importante etapa para que tú y tu bebè eviten deficiencias de nutrimentos importantes.