¿Cómo saber si mi hijo tiene un retraso en su desarrollo?
Aprende más sobre las áreas de desarrollo y la diferencia entre retraso y discapacidad.
Tú eres el primer filtro para detectar anomalías en el desarrollo de tu pequeño, pues aunque seas mamá primeriza, puedes darte cuenta cuando algo va mal. Sin embargo, aunque trataremos de aclararte el panorama, sólo un profesional de la salud puede determinar si lo que está sucediendo con tu hijo es normal, o es el indicador de un problema mayor.
Empecemos mencionando que retraso en el desarrollo significa a que el niño no está logrando o dominando habilidades en el tiempo promedio; las áreas en las que puede suceder, son:
- Motricidad fina: habilidades que requieren precisión y detalle, como vestirse, comer solo o el uso de las manos.
- Motricidad gruesa: los movimientos que emplean grandes grupos de músculos, como caminar, levantarse, correr.
- Comunicación: el habla, el lenguaje oral y corporal, los gestos y la comprensión de lo que se le dice.
- Social y emocional: la interacción con otras personas y la empatía que puede sentir hacia otros.
- Cognitiva: el aprendizaje, la comprensión, el razonamiento y la memoria.
¿Por qué sucede?
Hay varios factores que pueden interferir en el sano desarrollo de un niño, como:
- No haber recibido suficiente oxígeno al nacer, ser prematuro o haber tenido bajo peso.
- Haber estado expuesto a descuidos durante la gestación como tabaquismo, alcoholismo o malnutrición.
- Condiciones médicas, enfermedades o infecciones fuertes o crónicas.
¿Cómo sé que realmente es un retraso?
Existe un rango amplio para iniciar, dominar o progresar en ciertas habilidades, como por ejemplo, gatear: algunos bebés empiezan desde los ocho meses, pero otros podrían nunca hacerlo, y esto no necesariamente significa un obstáculo real para su desarrollo.
Un retraso podría sólo significar un avance por debajo del promedio, es decir, un ritmo más lento que el resto de los niños de su edad.
Por otro lado, un problema de discapacidad refiere a las limitantes físicas o intelectuales para realizar ciertas habilidades; si es el caso, podrás notar que no existe un progreso en el dominio de las actividades comunes para su edad.
¿Qué puedo hacer?
Cuando detectes que existe un problema, empieza una bitácora para registrar la edad en la que empieza actividades como gatear, caminar, comer solito, etcétera; de esta manera, podrás darle datos más consistentes a tu profesional de la salud, quien es el único que podrá determinar si es un problema real o está dentro del rango de desarrollo.
La detección, el diagnóstico y el tratamiento oportuno, pueden aminorar las consecuencias del problema. Si sospechas que tu hijo no está avanzando adecuadamente, coméntalo con tu profesional de la salud y recuerda que sólo él puede evaluar y determinar si esto representa un obstáculo para su desarrollo.
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