Mi hijo es un picky eater, ¿qué puedo hacer?
¿Quieres saber cómo ayudar a un niño remilgoso o que no quiere comer? El desarrollo del paladar toma tiempo. Por eso hemos preparado un menú de consejos útiles para ayudar a que tu hijo remilgoso se vuelva un amante de la comida.
Los berrinches son uno de los problemas más comunes en los niños pequeños de 1 a 5 años de edad, y la hora de la comida suele ser su momento favorito para hacerlos. La razón principal es su fuerte deseo de independencia que se suma con su poca capacidad para controlar sus emociones.
Las rabietas son un componente natural de su crecimiento y desarrollo, y aunque a pesar de ser algo normal durante esta etapa, son algo que tú puedes prevenir en la mayoría de las veces. Esto genera mucha preocupación entre los padres, sin embargo, cuando tienes un hijo picky eater puede ser normal.
¿A qué se debe esto?
Esto se debe a que el crecimiento del pequeño se desacelera, es decir la tasa de crecimiento que venía teniendo en el primer año ya no es tan alto por lo que el organismo ya no pide tanto de comer como lo pedía antes, por otro lado, el niño entra en un momento en donde es mucho más consciente del mundo que lo rodea.
¿Cómo saber si debo preocuparme o no?
Se puede tener la percepción de que los niños no comen lo suficiente o que no tienen hambre, pero si vemos que es un pequeño con energía y que está dentro de los rangos ¨promedio¨ de peso y de estatura a lo largo de los meses en los diagramas de curvas de crecimiento que el profesional de la salud toma en cada cita, podremos estar muy tranquilos de que está creciendo adecuadamente.
Esta etapa que muchas veces se denomina como ¨picky eating¨ o niño melindroso, es muy común en los pequeños a partir del 1er año.
Consejos útiles para ayudar a que tu hijo remilgoso se vuelva un amante de la comida
- Apégate a los horarios regulares de las comidas. La rutina es reconfortante para los niños pequeños.
- Sirve porciones pequeñas y ofrece más después —las porciones grandes pueden ser abrumadoras.
- Juega con los colores y las formas para que la comida se vuelva divertida y atractiva.
- Intenta hacer que las comidas sean más divertidas involucrando a tu hijo pequeño con su preparación o platicando con él sobre los colores y las texturas de los alimentos.
- Sé positiva. Elogia a tu hijo pequeño cuando coma bien, y no lo critiques ni lo castigues cuando no lo haga.
- Ofrécele nuevos sabores de forma gradual. Uno a la vez y en pequeñas cantidades.
- Intenta no apresurarlo a la hora de comer porque los niños pequeños comen muy despacio.
- Coman juntos en familia todas las veces que sea posible. Los niños pequeños aprenden mucho al ver lo que hacen los demás, desde modales para comer hasta saborear la comida y probar cosas diferentes.
- Motívalo para que coma por sí mismo, eso puede ayudar a que acepte la comida picada con más facilidad. Después puedes lidiar con el tiradero.
- Evita distracciones, como el celular, la televisión, juegos, y enfóquense en la hora de la comida.
- Momentos en los que come poco, un vaso de leche especialmente diseñada para pequeños o también llamada leche de crecimiento, ayuda a darle las vitaminas y minerales necesarias por etapa.
5 tips para que la hora de la comida deje de ser la hora del sufrimiento
- Relájate (y relaja a tus familiares). Según la nutrióloga Gina Salame 1 de cada 3 mamás se queja de que tiene algún problema con la alimentación de sus niños, ya que es parte de su desarrollo psicológico. Todos pasan por una etapa de selectividad alimenticia. Algunos en mayor medida que otros. Esto puede empezar, incluso, entre los 15 y 18 meses de edad. Traducción: no eres la única que enfrenta este reto, es más normal de lo que crees y tiene solución.
- Deja que coma poco. Ningún niño vive con hambre. Cuando tiene hambre, llora y pide de comer; cuando se siente saciado inmediatamente deja de comer. Es algo natural. Gina Salame asegura que presionar a los niños para que coman les resulta en mucha ansiedad y los lleva a hacer justamente lo contrario: rechazan los alimentos. Regañarlos o forzarlos, al igual que las tácticas positivas como alabarlos por comer o darles premios, también son considerados errores.
- Confía en tu hijo y no te des por vencida. Ofrécele alimentos que le gusten y cuida que cada plato tenga porciones pequeñitas de proteínas, vegetales, frutas, carbohidratos y grasas buenas (aunque se coma solo un bocado). La variedad abre la posibilidad de que encuentre un nuevo sabor y una nueva textura, algo que vaya añadiéndose a la lista de comidas a las que le dice que sí. Combina los alimentos aceptados con los no aceptados de forma repetida. Envíale el mensaje de que tú eres el proveedor y el que elige es él. No renuncies.
- Cuida la presentación. Para los niños que son especiales con colores y texturas es importante que la comida sea atractiva. Si ves que a tu hijo le llama la atención el color verde prueba con un jugo, trocitos de pepino con chile piquín y limón, aguacate, tortitas de pollo con ejotes… En medio de todo, para hacer contraste y ver si quiere probar, un trocito de betabel o de pimiento rojo. Intenta que las formas sean divertidas y planea siempre con base en lo que a ti te resulte práctico y no represente un esfuerzo sobrehumano que termine por llevarte a darle cereal de caja para que deje de llorar.
- Crea puentes de alimentos. Una vez que tu hijo acepte un alimento, usa lo que los nutricionistas llaman "puentes de alimentos" para presentar otros con un color, sabor y textura similares que ayuden a ampliar la variedad de lo que su hijo come. Si le gusta la crema de calabaza, por ejemplo, prueba con un puré de camote o con zanahorias baby hervidas.
¿Qué puedo hacer si mi bebé no quiere comer?
- Primero tenemos que estar atentos que su crecimiento, es decir su peso y su estatura estén bajo los parámetros normales (y especialmente que no se salgan de los rangos extremos del peso y talla ¨promedios¨), si es así solo tenemos que respetar el apetito del niño.
- Los pequeños tienen bien desarrollados mecanismos de apetito-saciedad, por lo que evitemos obligarlos a comer más de lo que ellos quieren, aprendamos a respetar su decisión sobre los alimentos y de igual manera aprendamos a escuchar las señales de cuando tiene hambre. Ofrezcamos https://www.nestlebabyandme.com.mx/1-a-3/bebe-1-ano-no-quiere-comeralim… saludables para asegurar que lo poco que coman tenga los nutrientes que necesitan.
- Evita que tenga distracciones a la hora de la comida. Es importante que se enfoque y aprenda que es el momento de comer y no de estar jugando con tablets o juguetes o viendo televisión.
- Cuéntales una historia detrás de cada bocado o alimento. Puede ayudar que le digas que alguno tiene superpoderes (y lo hará más fuerte o inteligente) o también podemos contarles cuentos sobre el origen de la comida.
- Promueve que sea un momento positivo. Que sea un momento en donde no se sienta tensión de la madre porque el niño no come y evitar regaños, debemos tratar de que vea este momento de amabilidad, aprendizaje, y positivo.
- Sé su ejemplo a seguir, si ellos te ven comiendo sano es muy probable que ellos coman lo mismo o poco a poco trate de imitarte comiendo lo que tú comes.
- Hazle snacks o colaciones saludables y ponlos en la mesa o en un lugar que él pueda ver, seguro al verlos se le antojará y comerá algo. Especialmente si empiezas a hacer los platillos más divertidos.
¿Qué tipo de alimentos ayudan a evitar deficiencias y promover una nutrición rica en nutrientes?
Cereales fortificados Gerber ®
Con dos porciones de cereal al día cubre el 50% del requerimiento de hierro, mineral clave para su óptimo crecimiento y desarrollo cerebral, así como la fortificación de otras vitaminas y minerales claves como Vitamina A y Zinc.
Lo puedes mezclar con leche materna
Leche especialmente diseñada para pequeños a partir de 1 año como NIDO Kinder ®, NAN Confort Total 3 ® ® o NAN 3 ®, contienen varias vitaminas y minerales que el bebé requiere en cada etapa de su crecimiento, así como probióticos que promueven sus defensas y cuidan su pancita.
Sin embargo, es muy importante que tu pequeño tenga una alimentación variada es decir que trates de incluir en cada comida un alimento de los 3 grupos de alimentos para asegurar que tenga variedad de nutrientes en su dieta
Grupos de alimentos
- Frutas y verduras (manzana, plátano, calabaza, ejotes, etc.)
- Cereales o granos (como tortilla de maíz, amaranto, trigo, cereal infantil fortificado, etc.)
- Alimentos de origen animal o leguminosas (como pollo, pescado, carne, huevo, lácteos, frijol, etc.)
Y que esté comiendo a partir del año como 5 veces al día (3 comidas principales y 2 colaciones) una dieta rica en nutrientes y alimentos de calidad.
¿Qué pasa si notamos que nuestros hijos no comen y su curva de crecimiento está en los parámetros bajos o fuera de los límites bajos?
Si estás preocupado porque tu hijo o hija pueda tener problemas de crecimiento, ya sea de peso o de talla, pueden ser varias las razones por las cuales puede pasar esto, como:
Cantidad insuficiente o inadecuada de alimentos
Como por ejemplo darle sustitutos inadecuados como la leche de vaca, tés o caldos en los primeros meses de vida en vez de leche materna o fórmula infantil. No preparar bien la fórmula infantil y diluirla mucho, no dando la cantidad de nutrientes adecuada por toma. O dar una dieta baja en calorías y nutrientes cuando el pequeño ya inicia la alimentación.
El niño come poco por alguna enfermedad
Esto se puede deber a ciertas afecciones en la salud como un niño con autismo, prematuro, o enfermedades digestivas como reflujo gastroesofágico, la diarrea crónica, la fibrosis quística, alergia a la proteína de leche de vaca, intolerancias a alimentos o infecciones en donde existe una baja en el apetito o baja absorción de nutrientes en el intestino, entre otras.
Algunos bebés tienen breves periodos donde su peso se estanca o, incluso, bajan de peso, pero tranquila, esto no es raro. No obstante, si no sube de peso durante 3 meses seguidos durante el primer año de vida, es mejor llevarlo con el pediatra, quien utilizará una tabla de crecimiento para marcar el peso, la altura y la circunferencia de la cabeza, para corroborar que todo esté bien.
Asimismo, existen otros trastornos de alimentación en los niños como problemas con las texturas o para deglutir, o incluso cuando están enfermos (con gripa) tampoco quieren comer.
Si crees que tu hijo necesita atención especial, habla con su pediatra. Él puede recomendar a un equipo capaz de ayudarte y asegurarse que tu hijo esté obteniendo todos los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse. El asunto puede ser tan sencillo como recetarle algún suplemento y dejar que todo siga su curso o bien referirte con una nutrióloga, un psicólogo, un fisioterapeuta y/o un especialista en terapia del lenguaje.
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