Cómo ya no ser una madre guardiana: el problema cuando mamá sabe más
Si quieres empoderar al papá, es clave evitar o dejar de tener la conducta de una madre guardiana. Descubre en qué debes fijarte y cómo romper el ciclo.
Muchos aspirantes a padres esperan o suponen que el papá tendrá un papel importante en el cuidado del bebé. Y la buena noticia es que el 62 % de la gente cree que los papás son más activos y están más comprometidos con el cuidado de los hijos que en generaciones pasadas. Sin embargo, muchas mamás y muchos papás siguen en una dinámica bastante desigual con relación a la crianza.
Y este desequilibrio puede empeorar cuando la mamá hace todo en la esfera parental, al convertirse en “mamá osa”, y no permite que el papá cumpla su papel a cabalidad: un fenómeno conocido como madre guardiana. Si quieres compartir la crianza, un paso importante es detectar y aprender a evitar conductas de guardiana. Y, con un poco de paciencia, ¡todo el mundo cosechará las recompensas y mejorará sus habilidades parentales!
Descubre cómo con nuestra guía de ejemplos comunes de guardianas en los que la “mamá sabe más” y cómo revertir esa situación.
¿Qué es ser una guardiana y qué problemas pueden surgir cuando mamá hace todo?
Cuando una persona limita o controla el acceso a algo o a alguien es una guardiana. Así que, una madre guardiana es la que mamá interfiere con el tiempo que el papá pasa con el bebé, ya sea limitándole el acceso, microgestionándolo o criticándolo.
El patrón en el que mamá hace todo puede empezar por distintas razones, conscientes o inconscientes. Por ejemplo, puede pasar porque mamá siente que conoce más al bebé pues pasó más tiempo con él durante las primeras semanas y los primeros meses debido a una incapacidad parental desigual o si mamá se está comparando con un ideal imposible de lo que debería ser la crianza debido a la presión social o porque entró en modo sobreprotector de “mamá osa” a causa de inseguridades o ansiedad.
Sin importar cómo haya empezado un padre guardián, una vez que inicia, se puede convertir en un ciclo violento e insostenible. Un padre, normalmente la mamá, se hace cargo de más y el otro, normalmente el papá, se involucra menos cuando disminuye su seguridad en sí mismo. Esto quiere decir que la mamá se hace cargo de aún más, lo cual provoca que la mamá se agote y que para el papá sea imposible involucrarse. Los resentimientos pueden aumentar con rapidez. Y ambos padres y el bebé salen perdiendo en sus relaciones entre sí.
Con un poco de tiempo y paciencia, ambos pueden ayudar a detener esta situación. Y tu familia se beneficiará de tener una mamá empoderada, un papá empoderado y una crianza más equitativa. Por lo tanto, si te suena familiar cualquiera de los ejemplos de lo que es ser un guardián, ¡intenta cambiarlo!
Si por omisión piensas que “mamá sabe más”, es hora de que empieces a creer en que “cada uno hace lo mejor que puede”
Es posible que mamá sepa cómo tranquilizar y dormir al bebé, pero eso no quiere decir que esas mismas técnicas funcionen para papá o que de alguna manera las de papá sean inferiores que las de mamá. De hecho, hay cosas que se le pueden facilitar más a papá que a mamá.
Compartir la crianza significa dejar de lado la idea de un cuidador principal y uno secundario para aceptar las fortalezas únicas y diferentes de la crianza y comprometerse a la idea y la práctica de la igualdad. Por lo tanto, intenta tener una mentalidad equitativa lo más que puedas.
¿Quieres dejar de microgestionar la crianza de papá? Comienza a confiar en ella
Tal vez sientes la tentación de intervenir y controlar si ves que papá pone un pañal al revés o quieres ayudar en la preparación de una excursión sin ti empacando la bolsa del día por él, pero cada vez que haces eso expresas una falta de confianza en sus habilidades. Sucede lo mismo con los consejos que no te pide.
No dudes en darle consejos o mostrarle a papá cómo hacer algo si te lo pide, pero no supongas que no será capaz de pasar un día con el bebé sin instrucciones paso a paso para cada momento o recordatorios y orientación constantes. Siempre que la seguridad y la salud del bebé no estén en riesgo, confía en los instintos paternales de papá y confía en ti misma.
Al disminuir el involucramiento maternal, de hecho, estás practicando grandiosas habilidades parentales.
Si le estás respirando encima a papá, comienza a relajarte
Tal vez puedes dejar de intervenir cuando papá realiza labores de crianza, pero estar encima es otro de los clásicos ejemplos de un guardián. Tener a alguien viendo por encima de tu hombro mientras realizas una tarea puede volverte más cohibido, menos seguro de ti mismo y más nervioso.
Por lo tanto, practica el arte de dejar que papá aprenda a hacer cosas como vestir al bebé o trasladar al bebé dormido del asiento del auto a un cochecito sin una audiencia. Y, si te cuesta hacerlo, intenta alejarte físicamente de la situación o incluso del lugar, y aprovecha ese tiempo y espacio para hacer algo por ti. Todos ganan.
¿Le estás ocultando información a papá? Comienza a compartir
Si te pones en la posición de la “preocupona” o “planeadora” principal, puedes ser otro tipo de madre guardiana, porque no estás incluyendo a papá en la toma de decisiones de forma consciente o inconsciente.
Así que, no importa que sea una investigación sobre crianza que hayas hecho, un nuevo acontecimiento en la conducta de tu bebé o una cita con el doctor, asegúrate de compartir con tu pareja lo que hayas aprendido o lo que esté pasando. De esa manera, estarán en la misma página como padres y con el bebé- Mejor aún, intenten leer juntos los mismos libros sobre crianza o tomen juntos una clase sobre el tema y lleguen a un mutuo acuerdo sobre su estrategia conjunta. Y, cuando se trate de los cuidadores, amigos o familia que los contacten como padres, mantén informado a papá —y envíales el mensaje a otras personas de que mamá no es “la jefa” en todos los asuntos relacionados con el bebé— dando detalles de contacto conjuntos. Con el tiempo, serás capaz de dejar de microgestionar todo el trabajo administrativo relacionado con tu hijo y comenzarás a compartir la carga mental.
En lugar de criticar los esfuerzos de papá, comienza a celebrar sus habilidades parentales
Primero que nada, dejemos algo claro: mamás, todas se merecen una medalla por su labor parental permanente día y noche. Es un trabajo increíblemente demandante y a menudo ingrato. A veces, cuando estamos cansadas, puede ser muy fácil olvidar los elogios y criticar, pero esto les puedes pasar a los dos.
Es evidente que rebajar a papá o tener conductas como mostrar exasperación demuestra una actitud poco útil de que “mamá sabe más” y será perjudicial para los esfuerzos de crianza compartida.
Mejor, intenta felicitarlo de la misma manera que te gustaría que te felicitaran por tus esfuerzos de crianza, ¡y seguro que te pueden regresar el cumplido! Recuerda, están en el mismo equipo y tu compañero de equipo merece saber que lo está haciendo bien, ¡mientras desarrolla sus habilidades parentales!
Si limitas el tiempo uno a uno, debes empezar a fomentarlo
Es natural que las mamás se sientan protectoras, pero a veces se pueden exceder y pueden excluir a todo el mundo: un modo extremo de la “mamá osa”. Para que el vínculo entre el papá y el bebé se fortalezca y aprovechen al máximo su relación, es clave que papá tenga tiempo uno a uno para jugar y cumplir con las responsabilidades generales del cuidado infantil.
Además del daño y el dolor que provocarás por excluir a papá o no permitirle criar a solas, podrías caer en la trampa en la que solo tú puedes cuidar al bebé, lo cual te imposibilitaría encontrar el tiempo para organizar actividades para ti que no estén relacionadas con tu hijo. Si te percatas de que te cuesta entregar a tu bebé porque ya estás programada en este modo, intenta comenzar con poco tiempo e ir prolongando los periodos a medida que aumenta la seguridad de todos.
¿Te cuesta aceptar ayuda? Trabaja para pedirla
Cuando piensas en qué es ser una guardiana, no dejar que papá te ayude es una de las formas máximas de alejarlo de tu hijo. Con el tiempo, papá puede dejar de ofrecer ayuda o volverse menos disponible. Además, terminarás haciéndolo todo: agotador. Puede ser difícil para las nuevas mamás aceptar ayuda de sus parejas, familia o amigos, en especial si sienten la presión de ser la “mamá perfecta”.
Sin embargo, aceptar y pedir ayuda con tu bebé es vital para evitar que te absorba un patrón de madre guardiana. También mejorará tu bienestar y el de tu bebé.
Fuentes:
https://edition.cnn.com/2017/12/06/health/maternal-gatekeeping-strauss/… (Accessed April 2021)
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The Parenting Index, First Edition 2021, theparentingindex.com
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