¿Proteínas de calidad para tu pequeño? ¿Por qué?
Las proteínas son como los ladrillos que están construyendo su cuerpo, por eso necesita recibir aquellas que cuenten con la calidad suficiente.
¿Proteínas de calidad para tu pequeño? ¿Por qué?
Hay un número que no debemos olvidar al hablar de esta sustancia: los primeros 1000 días, ¿por qué? Porque durante esta etapa su organismo puede predisponerse para tener una buena o mala salud en el futuro y, por ende, un adecuado o inadecuado crecimiento.
El conteo comienza desde el día 272 del embarazo, esto quiere decir que el papel de las proteínas es clave en la formación del bebé (recordemos que son importantes para la creación y renovación de las células, tejidos y músculos). En este tiempo, el cuerpo de la madre se adapta para reservar la cantidad.
Una vez que el pequeño nace, mamá se sigue encargando de brindarle estos nutrientes. En el primer año, la leche materna cumple con exactitud sus necesidades, pues contiene proteínas de alta calidad que no causan estrés en órganos inmaduros como los riñones. Además, en comparación con la leche de vaca, la materna tiene tres veces más proteínas y reduce el riesgo de presentar alergias y es fácil de digerir.
A medida que el tiempo pasa, la necesidad de obtener proteínas de calidad va en aumento. ¿De dónde podrá obtenerlas? Con la introducción de alimentos sólidos, se presenta un nuevo reto: elegir aquellos que continúen la labor de la lactancia. En este sentido, los cereales contribuyen al aporte energético, al igual que las verduras y frutas, pero puedes explorar con el pediatra más opciones.
Las proteínas de alta calidad que tienen la composición y concentración adecuadas ayudan a evitar sobrecargar sus órganos inmaduros. Para él, no sólo representa una menor predisposición a enfermedades, ya que refuerza su sistema inmune, sino una oportunidad de ser un adulto saludable en el futuro.
¿Por qué no alimentarlo con leche de vaca?
La respuesta es simple: porque tu pequeño no puede digerirla por completo o tan fácil como la leche materna o de fórmula. Su alta concentración de proteínas y minerales puede estresar sus órganos inmaduros.
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