Cuando tu bebé está deshidratado significa que su cuerpo no tiene la cantidad de líquidos que necesita. Esto sucede cuando pierde más líquidos de los que recibe, presentándose especialmente cuando tiene diarrea, vómito, fiebre o se encuentran en un clima muy caluroso.
Tu bebé podría estar deshidratado si notas que:
- Tiene los labios y la boquita seca
- Se ve cansado y no tiene energía
- No le salen lágrimas cuando llora
- Su orina es de color amarillo oscuro y con un olor más intenso
- Puede pasar más de cinco horas sin mojar su pañal
Los síntomas anteriores en conjunto con los siguientes signos de alarma, podrían poner en peligro la salud de tu pequeño. Acude con tu profesional de la salud si:
- Tiene los ojos hundidos
- Está muy cansado y no puede sostenerse
- Está nervioso o inquieto
- Sus pies y manos están fríos
Para evitar la deshidratación es importante que te asegures de ofrecerle suficientes líquidos. Una vez que tu hijo ha comenzado con la Alimentación Complementaria, puedes empezar a darle una variedad de bebidas hidratantes especiales para bebés, además de sus tomas regulares de Leche Materna.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés tomen agua con bajo contenido de sales para evitar la sobrecarga de minerales ya que sus riñones todavía no se desarrollan para funcionar completamente. Si estás pensando en darle el agua purificada que tu consumes, debes saber que existen aguas con la cantidad exacta de calcio y magnesio que tu hijo necesita, además de ser bajas en sodio.
Con los cuidados indicados, la deshidratación puede prevenirse. Asegúrate de vestirlo con ropa adecuada para el clima, ofrecerle una variedad de líquidos y evitar pasar mucho tiempo bajo el sol.
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