Causas de los calambres en el embarazo
Aprende a prevenirlos, cuidando tu salud
El embarazo es una etapa llena de sorpresas donde tu cuerpo y tu vida están en constante cambio; durante estos meses notarás que tu piel luce más radiante y tu cabello está más fuerte, brilloso y saludable. Pero también hay un lado menos agradable donde aparece una de las dolencias que podría arrancarte el sueño.
Los calambres en el embarazo son repentinas contracciones intensas, dolorosas e involuntarias, de un músculo o grupo de músculos, que interfieren con la movilidad. Las mujeres embarazadas y los deportistas suelen ser los más propensos a padecerlos.
Causas de calambres
- El rápido aumento de peso producido durante el segundo y tercer trimestre. Al sobrecargar la capacidad muscular a la que tus piernas están acostumbradas se provocan espasmos debido a la nueva presión sobre los músculos y nervios.
- La deficiencia de minerales como el potasio, calcio o sodio, puede afectar la adecuada contracción y funcionamiento de los tejidos.
- Una mala hidratación afecta la lubricación de las articulaciones pues interfiere con todo el funcionamiento de tu cuerpo.
Formas de prevenirlos
- Masajea tus pantorrillas o pies antes de dormir (especialmente los días de mayor esfuerzo)
- Mantente hidratada durante el día
- Bebe un vaso de agua o leche antes de acostarte
- Evita estar mucho tiempo en la misma posición
- Procura no cruzar las piernas o sentarte sobre ellas
- No uses pantalones o medias muy ajustadas
Los calambres pueden durar entre uno y diez minutos; si pasas por un episodio de calambres en las piernas o pies, puedes:
- Mover los dedos del pie en dirección a tu cabeza
- Masajear la zona para que los músculos se destensen
Caminar unos minutos después de un calambre, ayudará a que tus músculos se destensen y se vayan relajando. Sin embargo, es importante que acudas con tu profesional de la salud si los calambres aparecen con mayor frecuencia o aumenta su intensidad.
Recuerda que una alimentación equilibrada y un multivitamínico prenatal son elementos clave para que tú y tu bebé estén saludables.
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